
¡DESPIERTA A LA VIDA!
"Me siento como muerto...", "me siento vacío", "¡No sé qué hacer...!", "¡Estoy desesperado!".
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A esta sensación de vacío se le conoce como "vacio existencial", y es una falta de sentido en relación a la propia existencia. La misma es vivida como intrascendente, sin ningún valor, sin fuerzas para continuar. Cuando tenemos un sentimiento de sinsentido padecemos de lo que Viktor Frankl ha llamado "Vacío existencial".
EL VACÍO EXISTENCIAL
Es una frustración ante la vida causado por la falta de metas, anhelos o expectativas que no se han realizados o nuestros parámetros de vida de seguridad y certidumbre sean afectados por situaciones de 'crisis' donde no se cuenta con las herramientas adecuadas para afrontarlos.
En tales situaciones, la presencia de un conjunto de sensaciones y cambios en nuestro día a día, surgen como 'síntomas' de un estado de frustración existencial que afecta nuestro sentido de vida que ha sido denominado por Viktor Frankl: "la pérdida del sentimiento de que la vida es significativa",las personas presentan "el sentimiento de que sus vidas carecen total y definitivamente de un sentido. Se ven acosados por la experiencia de su vaciedad íntima, del desierto que albergan dentro de sI. "Un sentimiento de vacío interior y de absurdidad de la vida, una incapacidad para sentir las cosas y los seres" Se siente que ?la vida no tiene sentido? y que 'no vale la pena vivirla'.
ORIGENES
RAZONES PSICOLÓGICAS:
Se puede considerar el origen del vacío existencial en la medida en que el individuo encuentre limitado su 'voluntad de sentido' o búsqueda natural de una razón de ser de su vida y de las cosas que ocurren. La realización existencial ocurre en la medida en que cada uno trascendemos nuestra situación y condición hacia un objetivo externo a nosotros mismo (el trabajo, la pareja, Dios, estudios, hobbies, etc.) En definitiva, experiencias y acciones en nuestra vida que nos permitan salir de uno mismo en pro de un objetivo.
Tony Anatrella considera que uno de los problemas de la sociedad actual, denominada por él una 'sociedad depresiva', se encuentra en la constante búsqueda de satisfacer el 'ego'. La presencia del individualismo y el narcisismo como formas de conductas se han generalizado en la sociedad donde predominan acciones egoístas que limitan la capacidad de trascendencia personal e inhiben la consolidación de un óptimo sentido de vida.
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RAZONES FILOSOFICAS:
La reflexión sobre el sentido de la vida y el vacío existencial gira en torno sobre la concepción del absurdo de la vida. Según Albert Camus: "la vida no tiene sentido y no vale la pena vivirla". Esta certeza del absurdo de la vida conlleva a la reflexión de la vida misma en términos de que cada uno de nosotros es responsable y él único capaz de dotarla de sentido. Tal como diría Sartre: "la vida, a priori, no tiene sentido. Antes que ustedes vivan, la vida no es nada; les corresponde a ustedes darle un sentido".
La concepción de Heidegeer del ser-en-el-mundo (Dasein), un ser que vive en el mundo (natural y social), que se enfrenta al día a día en un proceso de realización hacia la muerte. La certeza de la finitud del hombre apunta a la búsqueda de una vida plena de sentido y abocada a la trascendencia. En tal sentido, Octavio Paz opina que una vida plena de sentido no es posible sin una muerte con el sentido, ya que como el mismo señala: "la vida sólo se justifica y trasciende cuando se realiza en la muerte [porque en definitiva] ¿qué me importa la muerte si no me importa la vida?"
La realización de un sentido de vida se inicia cuando la persona busque actuar y realizarse en su día a día, en pro de cumplir las cosas anheladas. El vacío existencial ocurre cuando el individuo no trascienda su vida cotidiana desechando la idealización de su proyecto de vida ocasionando la inexistencia de una muerte dotada de sentido que nutre de razón de ser a su vida y viceversa.
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RAZONES CULTURALES:
El predominio de una vida cotidiana en constante reflexión y redefinición, ante la pluralidad de criterios, se convierte en fuente de frustraciones existenciales y de factor desencadenante del vacío existencial. Una cultura en que no ofrece una pauta normativa y valorativa a la cual seguir como explicación de la vida y de la muerte, ocasiona puntos de desenclave entre el individuo y la sociedad que acarrean crisis existenciales y acciones egoísta-narcisista que limitan la capacidad de trascender y realizar un proyecto de vida pleno con sentido.
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RAZONES SOCIALES:
La conformación de un sentido de vida pleno va de la mano con el sentido de pertenencia que tenga el individuo con las actividades que realice en su día a día y con los grupos sociales en los cuales la realiza y/o pertenezca a ellos. Ante una realidad cultural plural, no sólo ocasiona falta de claridad en el norte o proyecto social al cual seguir, sino que ocasiona a su vez desvinculación entre los individuos ante el predominio de posturas ante la vida individualista más que de consenso.
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Una sociedad que se evidencia como 'depresiva', individualista y alienada en donde cada uno niega la existencia del otro al predominar su 'yo' en el sentido que orientan sus acciones. La dinámica social se vuelve impersonal, objetiva y 'cosificante' al perderse el vínculo cara-a-cara que nutre y da significación a la vida cotidiana. El origen del vacío existencial remite a una desvinculación del individuo del medio social, tal como el mismo Durkheim comentó: "[cuando el individuo] se individualiza más allá de cierto punto, si se separa demasiado radicalmente de los demás seres, hombres o cosas, se encuentra incomunicada con las fuentes mismas de las que normalmente debería alimentarse, ya no tiene nada a que poder aplicarse. Al hacer el vacío a su alrededor, ha hecho el vacío dentro de sí misma y no le queda nada más para reflexionar más que su propia miseria. Ya no tiene como objeto de meditación otra cosa que la nada que está en ella y la tristeza que es su consecuencia". Una vida sin sentido implica una vida sin arraigo social.
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EFECTOS:
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Tener un vacio existencial en ocasiones se suele confundir con la depresión y algo tienen en común pues en ambas, las personas tratan de "llenar" ese vacio algún vicio y caer en excesos, los cuales se irán convirtiendo en fuertes obsesiones.
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Algunos de estos comportamiento adictivos son: el abuso de alcohol, drogas, trabajo, medios electrónicos y la industria del entretenimiento y el consumismo, las obsesiones como la limpieza y el orden, la salud, la dieta y la comida, el deporte, o dedicarse a un hobby recién descubierto, son un indicio de que la persona está huyendo de su vacío interno. Incluso hay quienes se introducen en relaciones amorosas destructivas, los cuales modos de huir de la dolorosa sensación de vacío.
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Nos presentamos ante una crisis del "ser", porque lo que consideramos normal tiene efectos patológicos en nuestra salud física y mental, pero esta crisis también se debe a que nos adentramos a una profunda desorientación que nos impide afrontar con coherencia el reto de vivir con autenticidad. Nuestra crisis del ser es pues también una crisis de desorientación y de «vacío existencial» porque una gran parte de la humanidad sufre de angustia, de miedo y zozobra, de ansiedad y tristeza, no sólo porque carezca de bienes materiales, sino porque es deficitaria de algo esencial para la supervivencia y la sustentabilidad de la vida humana: el sentido de la propia vida. Esto puede ser muy peligroso, ya que algunas veces termina en suicidio, por tal motivo es necesario un tratamiento.
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TRATAMIENTO
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El vacio existencial se trata a través de la logoterapia, la cual se basa en la teoría de la motivación existencial de la persona. Por medio de la capacidad humana de reconocer, adoptar y vivir valores existenciales, el logoterapeuta acompaña al individuo que está en crisis en el proceso de recobrar la estabilidad que ha perdido y luego le ayuda a descubrir sus capacidades específicas.
La logoterapia es la tercera escuela vienesa de psicoterapia —después del psicoanálisis de Freud—, en la que se combina la antropología y la filosofía, y lleva al hombre a hacerse responsable de su vida, a pesar de las circunstancias que le afligen, ya sea por causas económicas, afectivas o por pérdida de un ser querido.
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En la logoterapia se le enseña a pensar, a despertar y a que la vida siempre vale la pena vivirla. Incluso si la persona está presa, tiene la libertad de elegir cómo estar en la prisión. El hombre no debe dejar de ser libre por la circunstancia y puede elegir cómo salir de ella y cómo vivirla", expone la psicoterapeuta María de Mollinedo.
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Se basa en tres supuestos filosóficos que son fundamentales para su desarrollo:
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1. La libertad de voluntad (antropología): que explica que todo hombre es capaz de tomar sus propias decisiones, por lo que es libre de escoger su propio destino y no convertirse en una marioneta a merced del mismo, o del inconsciente colectivo (pandeterminismo).
2. La voluntad de sentido (psicoterapia): expresa la preocupación de Frankl ante los métodos psicológicos enfocados en la percepción del “componente exterior”, desvirtuando la idea del animatismo presente en el ser humano que lo hace único ante el reino vegetal y animal (psicologismo).
3. El sentido de vida (filosofía): que para la Logoterapia es un factor incondicional que no se pierde bajo ninguna circunstancia, pero puede escaparse de la comprensión humana. La Logoterapia es una percepción positiva del mundo (reduccionismo).
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La esperanza es la clave de la logoterapia, es la que se intenta transmitir en todo momento a quien se somete a la misma. Y es que la búsqueda del futuro, de alcanzar los sueños, y de ser feliz con lo que se tiene son cuestiones que están en manos de esa persona, es la protagonista de su vida y debe entenderlo como tal.
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